sábado, 1 de junio de 2013

Un soneto de amor, tomando...

...a Quevedo como su inspiración, aunque sin pretender en ningún momento alcanzar su cota de genialidad. Que os guste.

Imagen: Carlos Becerra


SOLIDIFICACIÓN

Hoy somos dos volcanes que erupcionan
confundiendo sus ígneas corrientes,
así nuestros cuerpos y nuestras mentes
en una lava ardiente se fusionan.

Pero estos dos fuegos que colisionan,
estos sentimientos incandescentes
gradualmente se harán menos calientes.
La física y el tiempo no perdonan.

Mas al llegar el frío duradero
en que la última llama se sofoca,
yo seguiré diciendo que te quiero

con el postrero aliento de mi boca.
Nuestro legado es imperecedero
pues muertos, nuestro amor será una roca.

4 comentarios:

  1. Muy bonito, Rume, realmente bonito, casi me haces llorar.

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    1. Gracias, sastrecillo, un placer como siempre tenerte por aquí. Abrazos.

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  2. le he descubierto por un compañero suyo de jazzitis (sonri)... me ha gustado este soneto, dónde incluso al llegar a la muerte, hacernos roca.... prevalecerá siempre una historia.... buenas imagenes... fusión y mimetización entre dos seres, que ante la muerte,... se alimentan de un último suspiro.
    Muy grata lectura.... espero seguir leyéndole.
    Un saludo.

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    1. Muchísimas gracias y perdón por la tardanza en responder. Celebro que le haya gustado, intenté buscar una forma de eternidad para el amor más allá de la brevedad de la vida y del fuego extinguible de la pasión, y se me ocurrió este símil. Nos leeremos.

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