Me he inventado una estrofa...

La voy a llamar estrofa rumeinia o rumeinina, je, je. Cinco versos octosílabos con rima abbab, siendo la rima a consonante y la rima b asonante. Vale, reconozcamos que más que inventar la estrofa, lo que ocurre es que el poema ha querido salir así.

Y ahora la historia, que este poema es un poco personal: allá por 1.998 hice la Prestación Social Sustitutoria (soy objetor de conciencia, en conciencia y a conciencia). Me tocó trabajar con niños minusválidos en un centro. Y como les cogí mucho cariño, desde entonces he continuado acudiendo al centro como voluntario. Este poema está inspirado en uno de mis mayores colegas allí. Tenía 8 años cuando le conocí y ahora tiene... bueno, haced la cuenta.

Imagen: Buchanan-Hermit

ADULTO


                          A José Carlos

No puedo subirte a hombros
como cuando eras pequeño,
cuando tu rostro era un lienzo
que se pintaba de asombros
con cada descubrimiento.

Ya no puedo pasearte
cogido por las axilas,
cada paso una sonrisa
y cada sonrisa, arte
y color en tus mejillas.

Has crecido demasiado.
Ya no soporto tu peso
y tú ya no quieres juegos,
y son cosa del pasado
las caricias y los besos.

Has cumplido veinte años.
Ser niño era menos duro,
mas no temas al futuro
porque te sobran redaños,
fuerza, coraje y orgullo.

Sonríe con sorna al mundo
desde tu silla de ruedas.
Es el barco en que navegas
y, como un viento fecundo
soplaremos en las velas,

mientras tú bogas los remos,
los que estamos a tu lado.
No es esfuerzo, sino amparo.
Pues no sólo te queremos,
también te necesitamos.